Anoche, como el 90% de este pais, tuve cena de trabajo, no digo de empresa porque trabajar en un instituto es lo que menos se puede parecer a trabajar en una empresa.
Realmente no tenía ganas de salir, ni de cenar, ni de todo el paripé que supone este tipo de cenas. Pero había adquirido el compromiso y no iba a echarme atrás en el último momento.
No espereis a continuación la frase tópica de "Pues los días que menos apetece son los que al final se pasa mejor..." Esta vez eso no se cumplió.
La cena estuvo decente, en un restaurante a tope... con gente cantando villancicos a voces y muuuucha lentitud a la hora de servir. Pero la comida valió la pena, aunque se aprovechen de estas ocasiones y los menús tengan precios abusivos.
A eso de las 2 salíamos del restaurante y decidimos que por una vez todos fueramos al mismo sitio. Un pub neutro, ni demasiado alternativo, ni demasiado pachanguero, ni demasiado fashion. Algo que contentara a la mayoría. Para esas ocasiones siempre se va a La oveja negra. Un pub cutre donde los haya, sin ventilación apenas, con musica variada pero que cada vez más abusa del pop español de mala calidad (El canto del loco, La oreja de Van Gogh, Pereza, ...) Cuando el DJ se harta pasa a los clásicos del pop de toda la vida (que parece que son sólo 5 y que ponen siempre... no entiendo por qué, no será porque no hay miles de canciones para poner). Siempre caen el Chiquilla de Seguridad Social, el Devuélveme a mi chica de Hombres G, el Cuéntame un cuento de Celtas Cortos y el Déjame de Los Secretos. Pero lo peor es que la gente parece encantada de oir siempre lo mismo. Las canta, las baila e incluso se emocionan cada vez que se oye lo de "Chiquilla!!!! NANA!!! NANANA!!!". Y venga cabezazos al estilo heavy y venga gestos de guitarrita eléctrica. En fin, hay cosas que nunca llegaré a entender.
Como no tenía muchas ganas de fiesta me dediqué a observar al personal. Tampoco podía beber pues soy el conductor eterno (anoche sí tuve que hacer el control de alcoholemia, cero patatero, lógicamente). Comprobé como la gente de 30 nos trasnformamos en quinceañeros por momentos. Sólo hace falta un cubata en la mano, música y poca luz. Otro día grabo a mis compañeros de trabajo (y a los otros mil profesores de secundaria que pululaban por allí). Las fotos chorras con las cámaras de móviles y digitales vuelan. Siempre es la misma cadena de hechos: "Foto, foto! Poneos!!"--"A ver la foto??!!!" Nos lanzamos a la pantallita y nos reimos de las caras y si no gusta se repite... La superficialidad y la falsedad se pueden cortar en el ambiente. Todo el mundo tiene que ser guay, tiene que ser divertido y pasárselo bien aunque lo único que hagan es poner canción horrorosa tras canción horrorosa. Y si se puede pillar cacho mejor que mejor... para ello toda arma es buena. Abajo la decencia.
Para rematar la historia a un compañero le dejaron tirado y, como el único que iba en condiciones de conducir era yo, me tocó acompañarle hasta Santa Eulària. Eivissa- Santa Eulària - Sant Antoni (40 km en total... para ser aquí eso es mucho). A las 5 de la mañana lo que menos apetece es dar vueltas por la isla, con las carreteras en obras y con algo de sueño. Y para rematarlo... control policial a la entrada de mi pueblo.
La conclusión que saco de todo esto es que no hay que salir sin ganas. Porque si uno no se siente parte de toda esa tontería puede darse cuenta de lo fácil que nos engañan en cuanto a lo lúdico. Cada vez disfruto más de la sencilla charla interesante y menos de las banales noches de pub, cada uno con su copa, cada uno con su baile.
Realmente no tenía ganas de salir, ni de cenar, ni de todo el paripé que supone este tipo de cenas. Pero había adquirido el compromiso y no iba a echarme atrás en el último momento.
No espereis a continuación la frase tópica de "Pues los días que menos apetece son los que al final se pasa mejor..." Esta vez eso no se cumplió.
La cena estuvo decente, en un restaurante a tope... con gente cantando villancicos a voces y muuuucha lentitud a la hora de servir. Pero la comida valió la pena, aunque se aprovechen de estas ocasiones y los menús tengan precios abusivos.
A eso de las 2 salíamos del restaurante y decidimos que por una vez todos fueramos al mismo sitio. Un pub neutro, ni demasiado alternativo, ni demasiado pachanguero, ni demasiado fashion. Algo que contentara a la mayoría. Para esas ocasiones siempre se va a La oveja negra. Un pub cutre donde los haya, sin ventilación apenas, con musica variada pero que cada vez más abusa del pop español de mala calidad (El canto del loco, La oreja de Van Gogh, Pereza, ...) Cuando el DJ se harta pasa a los clásicos del pop de toda la vida (que parece que son sólo 5 y que ponen siempre... no entiendo por qué, no será porque no hay miles de canciones para poner). Siempre caen el Chiquilla de Seguridad Social, el Devuélveme a mi chica de Hombres G, el Cuéntame un cuento de Celtas Cortos y el Déjame de Los Secretos. Pero lo peor es que la gente parece encantada de oir siempre lo mismo. Las canta, las baila e incluso se emocionan cada vez que se oye lo de "Chiquilla!!!! NANA!!! NANANA!!!". Y venga cabezazos al estilo heavy y venga gestos de guitarrita eléctrica. En fin, hay cosas que nunca llegaré a entender.
Como no tenía muchas ganas de fiesta me dediqué a observar al personal. Tampoco podía beber pues soy el conductor eterno (anoche sí tuve que hacer el control de alcoholemia, cero patatero, lógicamente). Comprobé como la gente de 30 nos trasnformamos en quinceañeros por momentos. Sólo hace falta un cubata en la mano, música y poca luz. Otro día grabo a mis compañeros de trabajo (y a los otros mil profesores de secundaria que pululaban por allí). Las fotos chorras con las cámaras de móviles y digitales vuelan. Siempre es la misma cadena de hechos: "Foto, foto! Poneos!!"--"A ver la foto??!!!" Nos lanzamos a la pantallita y nos reimos de las caras y si no gusta se repite... La superficialidad y la falsedad se pueden cortar en el ambiente. Todo el mundo tiene que ser guay, tiene que ser divertido y pasárselo bien aunque lo único que hagan es poner canción horrorosa tras canción horrorosa. Y si se puede pillar cacho mejor que mejor... para ello toda arma es buena. Abajo la decencia.
Para rematar la historia a un compañero le dejaron tirado y, como el único que iba en condiciones de conducir era yo, me tocó acompañarle hasta Santa Eulària. Eivissa- Santa Eulària - Sant Antoni (40 km en total... para ser aquí eso es mucho). A las 5 de la mañana lo que menos apetece es dar vueltas por la isla, con las carreteras en obras y con algo de sueño. Y para rematarlo... control policial a la entrada de mi pueblo.
La conclusión que saco de todo esto es que no hay que salir sin ganas. Porque si uno no se siente parte de toda esa tontería puede darse cuenta de lo fácil que nos engañan en cuanto a lo lúdico. Cada vez disfruto más de la sencilla charla interesante y menos de las banales noches de pub, cada uno con su copa, cada uno con su baile.
5 comentarios:
identificada me hallo. Ya no me niego a ir de fiesta tanto como antes, pero eso no indica que lo pase bien en esas ocasiones. En realidad, tengo un constante pensamiento cuando pasan de la 1 y estoy en algun pub lleno de humo "PIJAMITA".
besis!! :)
Yo sin ganas ya no salgo, lo tengo más que claro. Salir por salir es tontería.
Ayer fui a cenar con unos amigos y no pudimos pq estaba todo lleno de cenas de empresa! Acabamos en un kebab ¬¬
Pero eso sí, me lo pasé genial sin necesidad de bailar canciones estúpidas. Simplemente con una serie de charlas tranquilas e interesantes en un sitio donde todos nos oimos.
Qué ya vamos teniendo una edad, coño.
Y digo yo que tampoco cuesta tanto decir que no a la cena de empresa :P.. vamos.. ya vayan los mismisimos jefes.. yo saco mi "es q por la noche.. como q no.." y asi me evité ayer de pasar por todo el paripé, y el tener que tener siempre una opinión, una conversación con el que te toque sentarte, reirle las gracias al menos gracioso o tener que estar compitiendo en trapitos con la mas fashion (gracias a dios esa ya no está...) al fin y al cabo... es que por la noche.. como que no...
... y eso que me acostaría hacia la una de la madrugada.. pero tranquilita, calentita y sin que me saquen los cuartos pq ha llegado la navidad :).
el viernes se hizo en mi empresa... yo pos supuestisimo me negue a ir desde un incio.... odio ke la gente ke te odia en el dia a dia, esa noche vaya donde ti y te de konversacion...
falsos! yo no lo soy.
Ayer por bilbo, de tarde de kompras y sin FEVER...
a la welta kontro de alkolemia desa... me preguntaron si habia bebido, le dije ke no, me dijo ke si seguro, le dije ke si, y me dejaron pasar xDDD
BE NICE!
bueno, hay que disfrutar con lo que se hace y si no te apetece estar petardeando hasta las tantas es tan válido como irte de cenita y pronto a casa. Nos venden la idea de que lo guay es acostarse todos los viernes y sábados alas 8 de la mañana y eso mira a veces está bien, pero no lo es todo...
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